Archivo diario: 16 septiembre, 2011

Punto y seguido

Publicado en

Si todos sabemos que todo cambia ¿Por qué nos dan tanto miedo los cambios? Nos pasamos los días preparándonos para romper con la monotonía, para empezar de cero, para cambiar los colores de nuestra rutina… Y cuando llega el momento, el instante exacto de mirar hacia un nuevo presente, parece que todo se derrumba y que queremos seguir con nuestra vida, queremos que nada cambie, que todo siga como está. Pero a veces, hay más razones que el plantarle cara a la monotonía, a la comodidad; a veces existen razones de peso, el problema es que no sabemos diferenciar cuando nuestras razones son lo suficientemente valiosas como para arriesgar lo que hemos conseguido hasta hoy.

Cuando estas al borde del abismo, solo tienes dos opciones echarte atrás o saltar. Hay personas que saltan sin miramientos, cuentan hasta tres y se lanzan al vacío. Otras no tienen reparos en echar a correr en la misma dirección por la que habían llegado. Yo en cambio, cuando estoy en ese punto extremo, miro hacia atrás esperando que alguien me detenga o me empuje al vacío. Cuando veo que nadie llega, tiento a la suerte. Me asomo al precipicio y dejo un pie colgar, a veces funciona para caer por “descuido”. Soy capaz de estar en ese punto, en standby, horas, incluso días. Hasta que alguien se apiada de mí y de un ligero soplido me empuja al futuro que yo misma elegí.

Sin duda alguna, lo peor es la espera. Estar en el purgatorio sin saber con qué te vas a encontrar esta vez. Saber si sufrirás, si te irá bien pronto, si hará buen tiempo, si perderás al amor de tu vida por embaucarte en otra de tus estúpidas tonterías… Sí, ese tipo de cosas son las que corroen mis nervios, y hacen que sea incapaz de pegar ojo últimamente. Cuando por fin consigo dormir los sueños, mis peores y mis mejores amigos, me atormentan enseñándome un futuro incierto.

Esta y la próxima, serán mis semanas en el purgatorio, a la espera de los acontecimientos que deben llegar.

La verdad es que no entiendo por qué le damos tantas vueltas. En esta vida hay muy pocas cosas que no tengan botón de deshacer, quizás diría que solo una. Entonces, si algo sale mal, siempre podemos regresar. ¿No?